jueves, 31 de enero de 2008

Lucha en vano

Otra frustración, otro palo.

Lo intentas, parece que estás a punto de lograrlo...ingenua. Qué te creías?

miércoles, 16 de enero de 2008

Hoy es tu cumpleaños


Hoy es tu cumpleaños, y ya hace tiempo que no estás.

Hace tiempo que no te das largos paseos por "los Encantes", hace tiempo que no disfrutas de una tarde de toros sentado en tu sofá al lado de la estufa, hace tiempo que no pasas una tarde entera forrando marcos con vitolas, hace tiempo que no usas tu sombrero y tu gabardina, hace tiempo que no mojas trocitos de pan en la sopa.

Te quedaste a ver como me casaba, y al cabo de unos días te fuiste, al cabo de unos días nos dejabas.

Con todo mi cariño, abuelo, te dedico esta entrada.

Te echo de menos.

martes, 15 de enero de 2008

Te deseo

Te deseo primero que ames, y que amando también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes,
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar.
Y porque la vida es así,
Te deseo que tengas enemigos,
ni muchos ni pocos, en la medida exacta para que,
algunas veces, te cuestiones tus propias certezas,
y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil, mas no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven no madures demasiado deprisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor
y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo,
que existe y que te rodean, seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.
Deseo también que plantes tu semilla,
por más minúscula que sea,
y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas está hecho un árbol.
Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
y que por lo menos una vez por año,
pongas algo de ese dinero frente a ti
y digas:”esto es mío”,
Sólo para que quede claro quién es el dueño de quien.
Te deseo también que ninguno de tus defectos muera,
pero que si muere alguno puedas llorar
sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable
si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo nada más que desearte.

Victor Hugo

lunes, 7 de enero de 2008

La pelu y yo

Yo no suelo ir a la “pelu” demasiado. Como mucho voy 2 o tres veces al año…sí la verdad es que soy un poco dejada en lo que se refiere a estos temas.

Pero ya estaba empezando a ser urgente, así que me decidí a pedir hora. Fui al lado del trabajo.

Entro. Una mujer muy amable y sonriente me quita y guarda el abrigo. La estilista me sienta delante del espejo y se dispone a decir las mismas cosas que tengo que escuchar cada vez que hago el esfuerzo de adecentar un poco mi aspecto.
“Tienes las puntas muy mal eh? Tendremos que cortar bastante…y has pensado en hacerte esto? y lo otro?”

En fin…que te encuentras sentada en una butaca, viendo como esa extraña no para de toquetear tu pelo como si de un experimento se tratara, mientras va hablando frunciendo el ceño, para así demostrarte cuanto le preocupa tu salud capilar.

Llega la hora de las mechas. Después de que te enseñen toda una variedad de tonos que van con tu cabello. Yo no sé si lo harán todas las mujeres, pero a mi me produce tal agobio, que siempre dejo que decidan ellas. :)

Se pone manos a la obra. Pinza por aquí, pincelada por allá…y cuando termina te meten la cabeza en una especie de calentador con forma de ovni, te piden que no te muevas demasiado, te dan un par de revistas del corazón y te abandonan ahí más de media hora cociéndote cual pollo.

De repente miro a los lados y me doy cuenta de que el cristal que da a la calle es transparente. Dios! Me siento como un bicho raro en un escaparate!!. Alguien sabe a que se debe esa manía que tienen en las peluquerías de tener los cristales transparentes?? La verdad, no me hace ni puñetera gracia que desde la calle me vean con estas pintas. El resultado final puede ser mejor o peor, pero por Dios! el proceso por el cual has de pasar para llegar a estar más o menos mona no lo debería ver nadie!
Pero si hasta yo me río de mi misma cuendo me veo en el espejo con todas esas pinzas de colores y el pelo lleno de tinte! :)

Cuando ya no te queda nada que leer, y estás a punto de quedarte frita, llega la peluquera, que siempre te pregunta con voz alegre: “Que tal?” que digo yo, qué pregunta más absurda no?…Pues ya ves! Aquí cociéndome!!

Entonces te acompañan a lavarte la cabeza. Oh!! eso sí me gusta!!
Te recuestas, sientes como el agua calentita resbala por tu cuero cabelludo y después del jabón, el suavizante, la mascarilla y sabe dios que más, te dan un agradable masaje que apenas dura un minuto, porque si fuera más largo la gente se dormiría…yo seguro!

Te pasan a la butaca de nuevo, esta vez sin el calienta-cabezas :), llega la peluquera que te vuelve a preguntar: “Que tal?”…en fin…

Entonces empieza a cortar. Como ya he dicho antes, yo las dejo que hagan un poco lo que quieran, pero eso sí, respetando unas normas que siempre pongo antes del primer tijeretazo.

Primero, no lo quiero muy corto y segundo, el flequillo largo.

Bien, parece que lo ha entendido y se dispone a empezar a cortar.
Va cortando mientras no para de hablarme de los diferentes productos que le irían bien a mi cabello y que por supuesto tienen a la venta.

De repente veo que se está emocionando y Zás!! se le va la mano y corta demasiado! Madre mía!! Lo único que le pido y va y a la tía se le va la mano…
A partir de ese momento me resigno y pienso “Bueno ya crecerá…” y la dejo seguir.

Por fin termina. Me da el espejito para que vea lo mona que me ha dejado. Bueno- pienso yo- cuando me lo lave en casa y me lo peine yo, me quedará mejor. Mientras sonrío y me dirijo al mostrador a pagar la mega-factura que me plantan delante. Ella va cobrando y le comenta a la compañera que pasa por ahí escoba en mano, lo mona que estoy, que qué diferencia de cuando has entrado…y la compañera está totalmente de acuerdo, claro.

Y yo, salgo de ahí con cien euros menos en mi cuenta corriente y con un new look al gusto de la peluquera al que tendré que acostumbrarme hasta que vuelva a crecer.

Un saludo!

sábado, 5 de enero de 2008

Felices Reyes Magos


Que los Reyes Magos sean generosos y os traigan muchos regalitos.

Mil besos a todos!!

miércoles, 2 de enero de 2008

Un derecho, no un privilegio

Hace ya varios días en los que el tema de el acceso a la vivienda es un tema recurrente en las reuniones con amigos e incluso en las comidas navideñas, de las cuales algunos seguimos haciendo la digestión. :)

Han surgido diferentes vertientes en cuanto al tema en cuestión, pero ha habido una afirmación común a todos los discursos que he escuchado. Y es la de que está realmente complicado.

Para mi entender lo ideal sería que todos, y cuando digo todos DIGO TODOS, deberíamos tener derecho a una vivienda digna. De hecho está contemplado en la Constitución. Sí hombre!! Ahí donde se redactan una serie de artículos que se supone defienden al ciudadano, y a los que, desde que tengo uso de razón, ningún político que haya estado en el poder ha hecho ni puñetero caso.

Diría que hubo un político que hizo caso omiso a un tema aún más grave que el de la vivienda…Si…diría que se metió en una guerra ilegal haciendo oídos sordos a todo un país que se lanzó a la calle expresando su oposición a este hecho concreto.
Pero bueno ese es otro tema que merecería una entrada para él solito. :)

En fin…a lo que iba.
Si no existiera la propiedad privada no habría esta desigualdad.
Si a mí el estado me diera un lugar donde vivir, del que yo jamás seré propietaria, sabiendo que no podré acceder a uno más grande, o más bonito o en un barrio mejor, pero que no tendré que pagar por algo que yo considero un derecho y no un privilegio, sin dudarlo ni un momento firmaría. Todo esto llevado con una buena gestión (que ahí estaría el problema sin duda).
El otro día un amigo mío me decía que no le parecía bien mi idea, que él quería tener libertad para decidir. Solté una carcajada. ¿Libertad? ¿Esto es libertad? ¡Por favor! Comprar un piso a un precio totalmente desorbitado e injusto, tardar 40 años en pagarlo, un piso que todo este tiempo es del banco y no tuyo. ¿Libre para decidir? ¡Ja!! ¿Decidir el qué? ¿Cuantos años voy a ser esclavo de un trabajo que odio?, ¿Cuánto me van a subir la hipoteca en la próxima revisión?, ¿Libre de decidir entregar casi todo mi sueldo para tener un sitio donde vivir…?
Eso no es libertad, al menos para mí.

Esa es la pesadilla en la que está inmersa la mayoría de la sociedad.
Una sociedad en la que nos han educado, y en la que educamos a los niños en el capitalismo. Tener un ático de 250 metros cuadrados, con plaza de aparcamiento, ascensor, solarium, parqué, ¿y porqué no? hidromasaje, en el mejor barrio de la ciudad ¿es lo ideal no? ¿Eso es calidad de vida, no?
Pues no, no para mí.
Yo vivo en un piso pequeño, sin apenas luz, y os aseguro que me conformaría con vivir en él toda mi vida. Porqué no es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita.

Porqué para mí la calidad de vida es otra cosa. Es trabajar y que el dinero que cuesta tanto ganar me permita tener una vida rica en muchas cosas que no tienen que ver con la cantidad de metros cuadrados de mi cocina. Viajar, salir a cenar con los amigos, al cine. Hoy en día ir al cine se está convirtiendo en un lujo  está carísimo.

Conclusión, el dinero que yo gane lo quiero invertir en mí, en mi familia, en mis amigos, en una vida plena, y no en pagar un piso.
Somos esclavos del capitalismo, de un mundo en el que el factor suerte juega un papel definitivo, y eso no es justo.

Pero esto, muy a mi pesar jamás cambiará, porque es la ley del más fuerte, y él más fuerte es siempre el que está en el poder, y el que está en el poder es siempre el que tiene el dinero.

Como ha escrito recientemente un amigo mío, somos los Kunta Kintes de esta era y los Masas son los Bancos con los que nos hipotecamos de por vida, como una larga condena.


Ojalá un día despertemos, nos miremos a un espejo y nos percatemos de la piel de borrego que algún día alguien nos puso, a la que estamos tan acostumbrados que ni siquiera ya nos damos cuenta de su presencia sobre nuestros cuerpos.


Un saludo!!!